Aporte complementario: La felicidad


La felicidad es un sentimiento típico de un estado emocional satisfactorio y ameno, que hace al individuo sentirse bien consigo mismo y por tanto realizar acciones que reflejan dicho estado de ánimo. Es decir, si una persona es feliz cada acto que realice será la muestra de su felicidad. Como menciona Cortina (2000) no hay que casarse o realizar acciones para ser feliz, sino que hay que ser feliz para luego tomar decisiones, asimismo la autora destaca que la felicidad es sinónimo de vivir y actuar con bien. 



Ahora bien, la felicidad puede o no ser un sentimiento compartido, es decir, las situaciones-eventos-sucesos-acciones que a mí (individualmente) me hacen feliz no necesariamente hacen feliz a los demás (colectividad). Por tanto, la felicidad muchas veces contrapone de opiniones en relación con su concepto y aplicación en muchas áreas. Dicho estado emocional es momentáneo, dada su naturaleza y la frase popular nada dura para siempre. 

En relación con la administración ética en los centros educativos y como se ha expuesto en los apartados anteriores (virtudes, vicios, liderazgo, etc.) la felicidad es un factor clave para el logro de los resultados esperados. Es decir, un equipo de trabajo que aplica los valores de respeto, igualdad, solidaridad, con labores equilibradas, es bajo en comando de un buen líder es un equipo que claramente refleja la felicidad del compañerismo y ambiente laboral en el que se desenvuelve. 

Porque como menciona Morón (2017) cuando un equipo de trabajo comprende la importancia del bien común y realiza un adecuado servicio a los demás emprende en los primeros pasos para alcanzar el éxito empresarial contagiando del espíritu de la felicidad estrechando buenas relaciones con sus compañeros(as). 

Por tanto, una persona que se encuentre feliz con su trabajo, feliz con sus compañeros(as) y realmente satisfecho con su profesión se apegará plenamente a los principios éticos que le conllevaran a la adecuada toma de decisiones, reflejando transparencia y buenas prácticas profesionales. Todo esto conlleva al alcance de un clima laboral óptimo. 


En la imagen anterior se puede visualizar como los ambientes educativos que promueven las virtudes éticas y valores manifiestan felicidad en el estudiantado y por tanto, toma de decisiones responsables. 

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